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Noviembre 30, 2003
El cuerpo, los años, ya sabes
O deberías saber. Porque ya no es la época aquella de cerrar los bares, de la omnipresencia en la noche, en salidas, fiestas, encuentros, edad que se transfigura sin que uno lo advierta. Creyendo que es uno quien la jubila, deja de encomendarse a Dionisos, rechaza el juego de la noche y la sensualidad, el embotamiento de los sentidos, el viaje de ida y vuelta a la realidad que producen ciertas bebidas. Renuncia, ya supo Miller que no existe justicia para acordar el precio, a ciertas camaraderías, rituales de la amistad que delatan las ausencias mucho más que cualquier culto de otras religiones y que acercan bienaventuranzas efímeras y voluptuosas.
Pretende uno ser el guía consciente de la propia vida, cuando ya supo el sabio que la mente no es más que un juguete del cuerpo, y este, hoy, mandó parar. Habrá que ingeniar algo para seducirlo y poder hacer, de vez en cuando, algún viaje en el tiempo.

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Noviembre 29, 2003
Al despertar
La imagen del sueño te puede perseguir durante todo el día. Contra natura, no se difumina, volviéndose a hundir en un pozo de locuras, donde, agazapadas, acechan para hacer tambalear el castillo de naipes. Aunque uno insiste en olvidar, en luchar contra la demencia, en no convertirse en estatua de sal, los enemigos vencidos son los más difíciles de desterrar, como si un dios favorable a los perdedores les hubiese concedido la gracia de perturbar la luz de mis días.
Hay miradas capaces de permancecer ahí, que no olvidaremos, que acertaremos a descubrir en otras, como si el espirítu original que las portó no nos hubiese abandonado nunca. O tal vez sea que, un tanto extraviada la razón, sea uno el que las proyecta, castigándose así, hiriéndose en lo más hondo, como si los hombres fuésemos pura locura, como en aquella obra de tantas derrotas, la de Miller y el precio, con sus diálogos y su silencio.
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Noviembre 27, 2003
Diálogo a tres voces
Antes la voz cercana, con su risa de afecto - aún libre de la obligación de herir - con su necesidad telefónica, con la tensión entre el deseo y las reglas que todos, en cada momento, construimos y otorgamos y con las que queremos atar y atarnos. Después, casi enseguida, casi en un susurro, la segunda voz, con ese maldito tono de tener la cabeza en otra parte, como si el oído al otro lado perteneciese ya a otra realidad, a otro tiempo, en que fue preferido y, justo por eso, conviene desvincularse, como quien pasa la penúltima página de un libro querido y hermoso.
Se entremezclan las voces, se confunden los actores entre el cansancio y los días que pasan como si todo diese igual.

Voces que oigo hasta en sueños.
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Noviembre 25, 2003
Conviene no olvidar
...que todos los expertos saben y conocen la ley por la cual los cuerpos tras tocarse se alejan y, extraño postulado, pueden llegar a una distancia tal que nos dejen la incertidumbre sobre si volverán a acercarse. Además, la tradición sabe de la costumbre imperante en el reino vegetal según la cual las plantas que crecen juntas, en contra de lo que podríamos esperar, se niegan a echar raíces ligadas, engendrando espinos para dañar, cada una, a su vecina. Deberías saber que el ruido de esta ciudad, a veces, embota el entendimiento, que el aire esta viciado de locura y de desesperación, que todos los congresos de médicos del mundo reunidos - sólos, sin pareja - tampoco aciertan a extirpar el desdichado tumor.
Agoniza el año, cada vez es más invierno, y hoy no todos los segundos tenían un nombre.

Cartas que me dijesen...
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Noviembre 23, 2003
Examen
Como a casi a todo en la vida, llega uno tarde a "Tu rostro mañana", lo último de Marías. Pocas veces tanto talento ha estado tan al servicio de una obsesión (lo dicho y escuchado, el secreto, lo sabido, la palabras que nos configuran a todos y a nuestras relaciones, los oídos no tienen párpados, la narración como nuestra conexión a la realidad), en el que continúa acertando en su tarea de escrutador de vidas, de la condición humana.
Y también anda hoy por casa el viejo Silvio, que sobrevive proponiendo imposibles en su cita con ángeles. Aún despierta el recuerdo de otros tiempos el trovador, con sus versos de amor y justicia, como en aquella era en que creímos en lo distinto.
A veces tiene uno citas con el presente y el pasado, en el que lo dicho y lo callado se hayan presentes de una manera más real incluso que nosotros mismos, en el que la lealtad y el silencio tienen un valor ilimitado y que ponen a prueba, una vez más, la inmemorial soledad a la que estamos malditos.
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Noviembre 21, 2003
Detrás de la barra
Detrás de la barra ya no está su figura de muñeca, ni es su sonrisa la que te recibe al arribar, donde a veces soñé haber descubierto un rastro de predilección por la propia aparición, un guiño, móvil ilusorio de tantas escapadas. No disfruté anoche de su seductora indecisión, de su mirada que engatusa, de su morderse el labio al hacer caja, como si un agente enemigo se hubiese infiltrado en la noche no se sabe bien si dispuesto a apostatar de su antigua patria o para destruirnos a los que la habitamos.
Vendrán otras huidas, otras barras, y aunque allí la música aún es la de las noches cómplices - con su Coldplay, con Suede, con su Corazón de tiza - acaba uno por descubrir que por una vez es el monje el que hace el templo, y que volver no será sino aguardar su reaparición, como se esperan tantos imposibles en esta vida que alguna - rara vez - suceden.

Obsessions on my mind
Escrito por Zol a las 02:33 PM | Comentarios (5) | TrackBack
Noviembre 18, 2003
Escribir de noche
Sé que no, no debería porque las últimas no surgieron más que desvaríos y cegueras. Será que, como al poeta, el cansancio vulgar a veces le deja a uno el alma inservible. Pero existe cierto influjo de la Luna, ya se sabe que los lobos le aúllan, aunque sean esteparios, y anda uno intranquilo, sin saber muy bien dónde poner el desasosiego que se presentó a deshora, las dudas, esa imagen que costará extraditar, lo que dijimos sin pensar.
Seguro, existe en mi un paraje habitado de practicidad, sería más rentable buscar el sueño, alejarme de este papel de trovador electrónico, más apropiado para algún iluso que algunas noches necesita contarla para vivirla.
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Noviembre 16, 2003
La flaqueza del bolchevique
Acude uno a La flaqueza del bolchevique con presentimiento de historia de sensualidad y deslumbramiento, de ninfas, de lolitas y el tabú de la secreta atracción ancestral... pero existe quien acierta a sorprenderte con la historia de quien uno pudo - puede - llegar a ser.
Pablo es un lugar donde reconocerse, con sus pequeños éxitos, con su gran fracaso, con su soledad de barrio alto y su cinta de Extremoduro para los Lunes por la mañana. La mezquindad que en él ha prosperado le hará llegar hasta María, pero María no es de verdad, no es una persona real, o al menos, no tan real como Pablo. Es una vereda hacia el pasado, musa que se presenta para conceder el deseo de recuperar la propia vida, hada de la juventud y la belleza. Última posibilidad de redención para un bolchevique asqueado de ser mercenario, tabla de salvación a la que agarrarse para soñar con el paraíso perdido o, quizás, hundirse irremisiblemente.

Mirada traviesa de niña, insondable de mujer
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Noviembre 14, 2003
A otro ritmo
Uno que anda preso de horarios, poseso de productividad, no encuentra el ritmo para abandonarse al mundo de las letras. Como si de un auto averiado se tratase, galopa el corazón pasado de revoluciones, como si fuese una inercia inexorable la que nos guía, va entrando uno en la rueda de lo efectivo y la caza del éxito. Porcentajes y clasificaciones, comparaciones y rivalidad, no son sino las reglas de un mundo nos exprime, dejándo el ánimo derrotado y la vileza a flor de piel.
Por eso en estos días, y aunque ande conociéndome con Cernuda, las letras no son plácido tránsito sino esforzada ascensión, escribir no cae al alma como el pasto al rocío, es neblina que no deja ver lo por caligrafiar. Será que los oasis también cambian de coordenadas, como las niñas queridas.

Cernuda trae música en las palabras.
Escrito por Zol a las 12:35 PM | Comentarios (0) | TrackBack
Noviembre 11, 2003
Un segundo para escuchar
Aunque hay muchos ruidos y voces que nos rodean, la música cercana es tan escasa como desmesurada la legión de vendedores empeñados en manosearla. Es por eso que esta noche quisiera que me dejaran a solas con Jay Jay Johanson, me sumergiría en una belleza triste que, de seguro, convocaría a Quique González y querer - soy un elemento complicado - hacer películas sin polis . No, no me rescataría La Buena Vida, ni sus Planetas, por más que se encuentre uno eclipsado y en fase creciente. Sólo lo haría, será porque una vez lo compartí, llega a un Oasis aunque vivamos ya en una nube diferente, o mejor aún, encerrarme hasta ver llegar a la KarmaPolice ahora que me cansé de correr delante tuya.

Pero primero, Jay Jay
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Noviembre 08, 2003
Mi ciudad
En mi ciudad está todo, lo peor y lo mejor, como si fuese el libro definitivo que aún no me ha encontrado. En ella habitan la vida en la calle, los días de luz, las noches de verano, cierta forma de tentar a quienes la respiramos a encontrarnos y a buscarnos. Pequeño Edén de la gente sencilla que aún recuerda que no hay más urgente que un amigo y una copa de vino para compartir, rito sagrado de la amistad, cierta forma de decir las cosas.
En mi ciudad hay ciertos olores impagables, a mar que agoniza al alba, a atardeceres con jazmín, a mujer morena en la noche, con ojos oscuros que profetizan la perdición... y es que esta urbe es de los sentidos, como otras son de la razón (y a todas los poseídos de codicia quieren hacer del esclavismo del dinero, con su yugo de terciopelo y su savoir fair).
En ella también habita una raza despreciable, mezcla repugnante del peor catetismo de ciudad con cierto "kalorrismo" barriobajero que encarna todo lo mezquino, acomplejado y falto de estilo de esta metrópoli.
Y uno, que a veces ha sido ciudad de paso, quisiera que te quedaras aquí para habitarme, y que rompieses, sin tristeza, el billete de vuelta.
Escrito por Zol a las 03:40 PM | Comentarios (0) | TrackBack
Noviembre 06, 2003
Temas pendientes
Me queda encontrar alguien con quien compartir el libro que me ocupa - se siento uno sólo con esta experiencia quijotesca que nadie quiere escuchar - y es que es lo vulgar lo que convoca a la masa, fugitiva del aislamiento. Aún debo rescatar del olvido a algún amigo de otros tiempos, porque es peor cuando uno es la pérdida y es la lealtad del otro la malgastada. Tengo pendiente - asignatura suspendida en Junio, ironía para el niño bien - saber de Kamala, aunque su recuerdo acierta a encontrarte a tiempo y a destiempo. Aún está por venir un final de algo, fecha de caducidad sin descifrar, un choque trenes, o quizás, un cambio de ruta a no sabemos dónde.

Mirar adelante...
Escrito por Zol a las 03:58 PM | Comentarios (0) | TrackBack
Noviembre 03, 2003
Su rostro
Hay quien sostiene que la cara no es el espejo del alma, son los abandonados por la belleza, caprichosa e impredecible; pero su rostro torcido parace maldito por sus víctimas, como si el destino hubiese conseguido traer su esencia a la superficie. Supo el poeta que tener no es signo de malvado; más su abundancia no es sino la miseria de otros, ignorada desde que se suicidó su conciencia, cansada de convivir con la rapiña y la indiferencia. Conoció uno a gordos felices, sonrientes y bonachones, que parecían portar un secreto enviadable sobre cómo disfrutar la vida; pero su panza es la extensión de su odio y desprecio, ser abyecto merecedor de repulsa y olvido.

Maldito el día en que llegó, cuando otros rostos más hermosos se alejan
Escrito por Zol a las 03:58 PM | Comentarios (1) | TrackBack